El poder es cautivante, para eso no hay que ser un estudioso ni mucho menos un gran investigador, pues en cada renglón o área de la vida, social, política y económica la podemos apreciar a simple vista, y eso es lo que ocurre entre los Concesionarios de carros nuevos y los importadores de carros usados en la República Dominicana, los cuales vienen librando una gran batalla, la cual se remonta a muchos años atrás, pero que ahora se ha intensificado, fruto de la escasez de producción de los principales fabricantes de vehículos a nivel mundial, por motivo de la cuarentena provocada por el Covid-19 en el 2020, pero que aún no logran sobreponerse.
En esta oportunidad los Concesionarios de carros usados han empezado con una mordaz sugerencia, y es que han estado indicando a través de una masiva distribución a nivel de prensa, de que los importadores de vehículos usados se encuentra subvaluando los precios de los autos que importan para la venta en la República Dominicana, argumentando que con esto se benefician, pues pueden ofrecer los mismos a precios más económicos, por lo que las ventas según estos, de los carros nuevos, se ve mermada.
Mientras que los importadores de carros usados por su parte ripostan con lo contrario, indicando que no pueden subvaluar el costo de los vehículos que importan, ya que son regidos por los precios bajo los cuales los Concesionarios importan los nuevos, lo que deja entrever que si hay subvaluación por parte de los importadores de vehículos usados, es porque de parte de los Concesionarios existe esa práctica.
Lucha por el poder en el sector carros
La crisis provocada por el Covid-19 y el cierre total de fábricas de vehículos, provocó una crisis de abastecimiento, lo que ha encarecido y escaseado estos productos, por lo que los Concesionarios se han visto afectado, porque no pueden tener disponibilidad de cantidades para satisfacer la demanda del público, y que aparentemente esos se han estado volcando hacia los carros usados y otros como los vehículos de origen chino, que han estado inundando el mercado, debido a las características que poseen y los bajos precios que exhiben y se mercadean en el territorio dominicano.
Esta lucha incesante por evitar que un sector pueda seguir operando, lo cual a leguas se puede evidenciar que no es algo que sea posible, pues de producirse, se estaría cayendo en un terreno de limitación para una gran parte de la población que no cuenta con los recursos indispensables para poder tener acceso a un carro nuevo, y también porque cae dentro de lo que se considera como monopolio.
Por lo pronto, esta guerra lo que traerá consigo es lo mismo que se ha evidenciado en las anteriores ocasiones en que se han desplegado cada uno de los sectores que hoy aducen una y otra cosa, en detrimento del contrario, y es la obtención de beneficios particulares y que regularmente no resultan beneficiados los compradores finales de los carros, tanto en el sector de nuevos como de usados, pues dichas facilidades, son puramente beneficiosas para los sectores de carros nuevos y usados.
Sin embargo, ambos sectores por estar enfocados en lograr desaparecer uno de ellos, no se están dando cuenta que los beneficiados por esta lucha intestina, en los actuales momentos beneficia a los compradores finales, porque la apertura del mercado y la entrada de carros de origen chino, a precios muy asequibles a todos los niveles sociales, permite que estos puedan obtener un producto con mayor durabilidad y garantía, que es a lo que los mercados emergentes se encuentran apostando. Mientras tanto, que siga la lucha.