La energía nuclear puede ser verdaderamente un término escalofriante cuando se piensa en accidentes como el ocurrido en Chernóbil, o mucho más recientemente, el accidente que puso a todo el mundo a temblar tras el tsunami que azotó Japón y que amenazaba con hacer estallar la planta nuclear de Fukushima. Muchas veces, estas reacciones son infundadas, algunas incluso son causa de una enorme campaña de desprestigio por parte de consorcios muy poderosos que no quieren que se fomente el uso de energía nuclear, como lo es el consorcio de energía que utiliza petróleo como fuente de energía.
Quitando todos los prejuicios y campañas malintencionadas, la energía nuclear es una de las formas más eficaces y poderosas de conseguir energía eléctrica, pero sí tiene ciertas desventajas, quitando la mala imagen que tienen.
Las plantas de energía nuclear, en primera instancia, requieren de una inversión ridículamente enorme de dinero para construirse y el material que utilizan, generalmente un isótopo de uranio, no es nada económico. Sin embargo, a la larga resulta ser bastante económico y suele tener un bajo impacto en el medio ambiente, a diferencia por ejemplo de las plantas de energía hidroeléctrica que requieren desviar ríos enteros para que funcionen, devastando más allá de la recuperación la zona afectada. Cuando es bien administrada, estas plantas de energía nuclear son increíblemente seguras, habría que considerar que un accidente en varias décadas de uso no son malas estadísticas, además de que Chernóbil fue principalmente un error humano, no del mecanismo en sí. Sin embargo, un accidente de tal magnitud ya es de preocuparse, ya que fue una enorme tragedia que aún hoy en día continúa haciendo estragos. Fukushima fue un accidente mucho menor en comparación, pero se cobró varias vidas igualmente.
Si bien es cierto que es muy difícil que una planta nuclear presente problemas y que rara vez ha sucedido e incluso en muchas de ellas jamás se ha tenido el más mínimo problema, también es verdad que puede volver a ocurrir, así que muchas personas prefieren no arriesgarse. Además, se enfrenta también al problema de qué hacer con los desechos que se producen en dichas plantas, ya que el material radioactivo requiere muchísimo cuidado y puede extremadamente nocivo. Sin embargo, cabría resaltar que muchos países que utilizan este tipo de energía son muy cautelosos y evitan a toda costa problemas de este tipo, siendo absolutamente responsables con el manejo de sus desechos.