La ausencia de los fanáticos dominicanos y de otras nacionalidades que participan en la Serie del Caribe 2016 que se celebra en la ciudad de Santo Domingo, capital de la República Dominicana, no debe extrañar a los dominicanos y personas ligadas o que trabajan en el entorno del deporte y conocen la realidad del béisbol dominicano, puesto que en ningún momento, ni el equipo ganador del torneo de béisbol invernal dominicano, ni la Lidom, y mucho menos la Confederación del Caribe, hicieron promoción de este evento.
Mientras que para los juegos del calendario normal de la MLB, así como de la NBA y de la NFL, y ni hablar del que es considerado el deporte de mayor conocimiento y seguidores a nivel mundial, como es el Fútbol, realizan estrategias de marketing, tanto online como offline, para tratar de captar la atención de los fanáticos y conquistar a los que todavía no son fanáticos, pero que pudieran ser potenciales, con el fin de atraerlos a los estadios, para que disfruten del espectáculo, pues estos deportes funcionan como verdaderos centros de entretenimiento para toda la familia.
Pero mientras esto sucede en todos los ámbitos deportivos de gran envergadura y en otros países que no son tanto, pero que si entienden que las personas no van solas a disfrutar de los eventos, desarrollan planes y estrategias de marketing y de publicidad y ahora aprovechan mas las herramientas que tienen con el internet y el conocimiento que ofrecen las mismas, para atraer a ese público y que estos consuman el espectáculo y lo que se brinda en un estadio, ya sea de béisbol, baloncesto o fútbol, o cualquier otro deporte masivo.
Ausencia de fanáticos y de estrategias de marketing
La ausencia de fanáticos para los primeros juegos de este calendario de la Serie del Caribe en el estadio Quisqueya de la ciudad de Santo Domingo se debe a que simplemente nunca ha existido un plan estratégico para captar la atención de los dominicanos, y no me refiero al seguimiento, pues de una u otra forma los dominicanos no se quedan fuera de este espectáculo, pero lo disfrutan desde sus casas, centros de diversión o lugares donde colocan pantallas para que los visitantes a dichos centros puedan ver cada uno de los partidos de su predilección.
Cada Serie del Caribe sucede lo mismo, pues es como un dogma que hay entre las diferentes ligas de béisbol invernal que participan y donde ninguna de las empresas o clubes involucrados, se dan cuenta de que están perdiendo un gran terreno frente a otros deportes y entretenciones y que llegará un momento en que los estadios no tendrán ni la atención de las pocas personas que aún van a disfrutar o tratar de disfrutar de cada uno de estos partidos, donde se pone en juego el valor más alto que pudiera tener un ciudadano, que es la nacionalidad y el honor de su patria, pero ni eso han podido o sabido explotar de manera estratégica los organizadores y los equipos que participan en estas Series del Caribe.